Como ya hemos anunciado con anterioridad, iniciamos hace algunos días las visitas a la casa del artista, en la que se pueden contemplar, en un ámbito de obras de arte y una atmósfera realmente impactante, una colección muy extensa y representativa de obras de nuestro pintor Miguel Echauri.
Poco a poco iremos colgando aquí, entre otros asuntos, diversas noticias sobre la casa de San Antón, 6, sede de la Fundación.
La casa está muy vinculada con la historia de Pamplona, desde que fue construida en la segunda mitad del siglo XVII por don Marcos de Echauri, del Consejo de Navarra y del Tribunal de la Cámara de Comptos Reales. Esta familia la habitó durante todo ese siglo y el siguiente.
En el XIX comenzó a vivir aquí otra distinguida familia navarra, la de los Elío.
El personaje del grabado es el general don Joaquín de Elío y Ezpeleta, primer duque de Elío, que nació en esta casa en 1806, hijo de los primeros miembros de esa familia que la habitaron: don Joaquín Elío y Olóndriz y doña María de la Concepción de Ezpeleta y Añoa. Contrajo matrimonio con su prima, María de los Dolores de Elío y Leyzaur.
Comenzó la carrera de las armas a las órdenes de su tío, el general absolutista Francisco Javier de Elío y Olóndriz. Sirvió como oficial de la Guardia Real.
Más tarde, en la primera guerra carlista, participó en la expedición de Zaratiegui a Castilla como jefe del Estado Mayor, y en 1839 fue nombrado comandante general de Navarra, responsable de las tropas carlistas tras del Convenio de Vergara. Después marchó al exilio.
En 1860 tomó parte en el intento de golpe de estado de San Carlos de la Rápita en el que se quiso derrocar a Isabel II. Fue hecho prisionero y condenado a muerte, pero finalmente indultado por la propia reina.
También participó activamente en la segunda guerra carlista (1872-1876). Durante ésta, desempeñó los cargos de capitán general, ministro de la Guerra y general en jefe del Ejército de don Carlos, que le otorgó el título de duque de Elío en 1875.
Murió en Pau en 1876.
Debió ser persona de gran idealismo. En el reverso de este retrato grabado, que se conserva en el museo Zumalacárregui, en Ormáiztegui (Guipuzcoa), se incluye manuscrito el siguiente relato : "...hubo un desafió notable entre [...] don Fernando Fernández de Córdoba y don Joaquín Elio [...] se publico el cartel en los periódicos nacionales y extranjeros [...]. Era el objeto de este reto o paso de armas manifestar a los carlistas la superioridad de las tropas de la reina y poner fin a la lucha fraticida mediante un único combate..."
No deja de ser admirable el deseo de querer dirimir toda una guerra con el enfrentamiento de dos únicos caballeros...
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